Es una manzanilla fresca, seca, directa al paladar, con aromas característicos de la crianza biológica. Es un vino de color amarillo brillante con notas de flores blancas y final punzante. En boca es suave y sedoso, muy amplio y con un largo retrogusto, debido a su crianza biológica bajo velo de flor en Sanlúcar de Barrameda, dónde posee un microclima que lo impregna con un toque salino y húmedo. Además, de su brisa marina influenciada por la desembocadura del rio Guadalquivir.
Es un vino seleccionado, extraído directamente de la bota a la botella “En Rama”. Tras su paso por 5 criaderas, César Florido cata toda la solera, seleccionando para la saca, la bota que se considera única para su posterior embotellado, sin tratamientos de clarificación ni filtración.